El proceso de escribir un libro parece imposible cuando la idea asalta nuestra mente. Nos preguntamos cómo lograrlo teniendo la vida ajetreada que nos apaña. No logramos identificar ese hueco necesario para plasmar las ideas en papel. Idealizamos la inspiración como si fuese su responsabilidad empujarnos hacia nuestra meta, pensamos que es la responsable de que produzcamos el contenido. Por definición, la productividad es la relación entre lo producido y los medios empleados para su realización. Ahora bien, si nos referimos a las raíces que componen la palabra, logramos una interpretación más exacta:
Es un esfuerzo guiado/estructurado en un proceso, que puede ser activo o pasivo, que busca obtener un resultado cualitativo (que tiene cualidades).
La definición es clara en cuanto a que la responsabilidad de crear un proceso que nos lleve a producir nuestro libro es enteramente nuestra. Esta definición ha sido vital para el desarrollo de mis libros, ante la realidad de que soy la única responsable de volverlos realidad. Por eso, te comparto unos tips que me han ayudado y me siguen ayudando a compartir mi mensaje con el mundo:
1. PLANEA OBJETIVOS VIABLES
Plantea objetivos utilizando la metodología SMART:
Specific (Específico)
Measurable (Medible)
Achievable (Alcanzable)
Realistic (Realista)
Time (Tiempo)
Al aplicarlo a tus objetivos, podrás visualizar el proceso de tu libro con más claridad, de acuerdo a tus necesidades. Te permite estar motivado y consciente en cuanto a lo que necesitas para lograr tu meta. Lo importante es ser constante, aunque tu ritmo no sea el más rápido.
2. APUESTA A LA DISCIPLINA
La inspiración es un potenciador innegable para la escritura, pero es rara e impredecible. El escribir es una mezcla de disciplina y el ferviente deseo de compartir un mensaje. Concéntrate en identificar esas actividades que despejan tu mente y te alejan del ‘bloqueo’ para que hagas el compromiso de, al menos una hora al día, sentarte y escribir cierta cantidad de palabras. Sé disciplinado y respeta el compromiso que tienes contigo.
3. IDENTIFICA TUS BACHES MUERTOS
¿Te has preguntado cuánto tiempo inviertes en las redes sociales? ¿En la fila del banco u otro establecimiento de servicio? La excusa de no disponer de tiempo es la favorita para retrasar nuestros planes. Cuando comencé a aprovechar esos momentos para escribir, todo comenzó a fluir. Esto no solo te ayuda a volver productivo un momento que se pensaba perdido, también puede ayudar a cumplir la meta del día más rápido. Escribir un capítulo en un documento de Google Drive, en vez de jugar una partida de Candy Crush en la fila del banco, supone una estrategia de ganador.
4. PRIORIZA TU SALUD MENTAL
Así como cuidamos el cuerpo, la mente debe ser prioridad. Activar la mentalización y recordar por qué lo estás haciendo es importante. Si es necesario, da un paso atrás, trabaja en tu ser como mejor se considere y acepta el proceso con brazos abiertos. Un estado mental saludable y enfocado a lograr la meta es el mejor aliado que se pueda tener.