INICIO SOBRE KEILA MÉTODO A90D FUNDACIÓN FAM BLOG PRODUCTOS DIGITALES BIENETRE EDITORIAL SERVICIOS EDITORIALES MENTORÍA EXCLUSIVA HABLEMOS Iniciar sesión

5 consejos para acelerar el ritmo de tu historia

Acelerar el ritmo en una historia es no dejar descansar al lector, es decir, no permitir que sus emociones se apacigüen mientras te está leyendo. 

Esta es una forma sumamente eficaz para mantenerlo enganchado y que tenga esas ganas urgentes de devorar tu libro. 

Como antes te había dado consejos muy generales en la entrada de mi blog «3 ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA NARRATIVA DE TU HISTORIA», hoy te ofreceré 5 recomendaciones más centradas en la forma en la que tu libro está escrito. Con ellas, podrás jugar con el ritmo y la tensión de una manera mucho más atractiva. 

1. Usa frases cortas y fragmentadas para agilizar el ritmo y mantener el suspenso. 

 En El código Da Vinci, el escritor Dan Brown no se anda con rodeos y expone una serie de imágenes seguidas y precisas para acelerar la narración y aumentar la expectativa:

Corría por los pasillos. Escaleras abajo. No había tiempo. Debía llegar antes de que fuera demasiado tarde.

2. Descripciones evocadoras. 

Utiliza descripciones detalladas y sensoriales para crear una atmósfera vívida y generar tensión en escenas clave. Enfócate en los detalles que aumenten la sensación de peligro. Por ejemplo:

El viento arrastró consigo un olor acre de humedad y lluvia, y el pueblo despertó con un presentimiento de catástrofe.

3. Revela a cuentagotas. 

 Dosifica la información relevante a lo largo de la historia, revelando detalles clave de forma gradual para mantener el interés y generar expectativa en los lectores. Suena a que ya todos lo tenemos bien sabido, pero en la práctica es otra cosa. 

Mira las series de televisión famosas, como Mindhunter, por ejemplo, en la que se revela información sobre los asesinos en serie y sus perfiles de manera gradual a lo largo de los episodios. Esto mantiene a los espectadores intrigados y con ganas de descubrir más sobre los casos y los personajes.

4. Dinamiza los diálogos.

 Lo bueno de los diálogos es que ya son dinámicos por sí mismos, pues le dan frescura a la narración al diferenciarse de los párrafos cargados de hechos y descripciones. Ahora bien, los diálogos también requieren potenciarse. 

La mejor manera de hacerlo es evitar que tus personajes hablen por hablar. Si no tienen nada interesante que decir, ¿por qué intervienen? Hacer esto solo contribuye a que sus personalidades se vuelvan monótonas. 

Es genial cuando, por ejemplo, nos encontramos con que el escritor utiliza los diálogos para cerrar escenas de forma contundente. Un buen caso para mostrar este punto lo encontramos en la gran novela de Orwell, 1984, en una conversación entre O’Brien y Winston: 

—¿La habéis torturado? 

O’Brien no respondió. 

—La siguiente pregunta —dijo. 

—¿Existe el Hermano Mayor?

—Pues claro. El Partido existe. El Hermano Mayor es la encarnación del Partido. 

—¿Existe del mismo modo en que existo yo? 

Tú no existes —respondió O’Brien. 

5. Cliffhangers. 

 La técnica por excelencia de la novela contemporánea. Significa dejar al lector «colgando de un precipicio». Es decir, acumular el suspenso hasta justo un momento antes de que se resuelva el asunto. ¿Y cómo sabrá tu lector el desenlace del conflicto en cuestión? Tendrá que leer el siguiente capítulo. 

Puede ser una revelación sorprendente, una pregunta sin respuesta, un giro inesperado o cualquier otro elemento que genere intriga y deje a los espectadores o lectores deseando más.

¡Espero que estas técnicas te hayan servido!

En caso de que necesites una asistencia más personalizada, puedes escribirle a Decmarian, quien te dará todas las opciones disponibles para que mi equipo y yo trabajemos contigo en mejorar tu historia.