INICIO SOBRE KEILA MÉTODO A90D FUNDACIÓN FAM BLOG PRODUCTOS DIGITALES BIENETRE EDITORIAL SERVICIOS EDITORIALES MENTORÍA EXCLUSIVA HABLEMOS Iniciar sesión

Cómo incentivar a los más pequeños a la lectura.

Mi amor por la lectura nació gracias a la influencia de mi hermana, Zebida. Ella siempre ha leído mucho, ¡muchísimo! De hecho, le pusieron anteojos alrededor de los 17 años porque en ese tiempo se leía con lámparas de gas (había muchos apagones eléctricos).  Ella dejaba los libros por ahí y yo de inmediato los agarraba, de modo que entré en contacto con todo tipo de lecturas. 

Desde que mi tía Fernanda me regaló mi primer libro  a los 7 años de edad(La ciudad de los fantasmas de chocolate, de Jimmy Sierra), me ilusioné con el mundo literario.  

Fue tanto mi entusiasmo que a veces le llamo «vicio»: mi madre me encontraba encerrada en el baño devorándome Cien años de soledad con tan solo 12 años. Y qué decir de las discusiones en las que me enfrascaba con ella porque decía que La casa de los espíritus (uno de mis libros preferidos) era un libro espiritista, mientras que yo siempre defendí su valor literario.  

El resto es historia. 

De ahí se deriva la importancia de que los más jóvenes cuenten con un modelo, pues ellos tienden a imitar lo que crecen observando. Si quieres que tu hijo o hija lea, el primer paso es que tú lo hagas.

Ahora bien, mi hijo, a pesar de que siempre me ve devorando libros sin cesar, no posee una devoción por la lectura en el mismo grado que yo, aunque sí por el conocimiento. Por eso, una estrategia que utilizo es diversificar los formatos en los que consume libros: audiolibros, obras interactivas, libros ilustrados, cómics, etc. De esa manera, encuentra el contenido más atractivo.

También, recomiendo siempre buscar lecturas que se ajusten a la edad y a los intereses. Si un niño admira a algún youtuber, por ejemplo, y este lanza un libro, lo ideal es comprarlo para él después de haber revisado el argumento. Asimismo, si tu hijo gusta de los videojuegos, es my probable que se interese por el género de fantasía, que ya de por sí es bastante popular entre los más jóvenes. 

Otra estrategia que puedes emplear es crear una narrativa alrededor del libro, o utilizar algo interesante de él para crear un gancho. Por ejemplo, tengo una foto en mi habitación de la científica Marie Curie, por lo que mi hijo me preguntó quién es ella. Aproveché para contarle una breve biografía de la genia francesa, incluyendo ciertos datos impresionantes o curiosos. Esto despertó su curiosidad, lo cual aprovecho para relacionarlo con alguna lectura de Curie. 

Finalmente, te cuento una de las que da mejores resultados: grupos de lectura, o cualquier asociación donde haya más adolescentes como tu hijo/a que se interesen por la literatura. Que el dicho «dime con quién andas y te diré quién eres» se haya vuelto tan popular no es casualidad. 

Un ejemplo de esto último es el proyecto A90D Impulsa, que incentiva a niños y adolescentes para que lean y escriban. Con este soporte, los jóvenes tienen la oportunidad de publicar sus cuentos para que otros chicos/as los lean en las colecciones Caleidoscopio. Esto siempre causa un impacto positivo, tanto en aquellos que se encargan de escribir los cuentos —porque desean seguir escribiendo—, como en quienes obtienen los libros para leer —pues se interesan por lo que tienen que decir sus pares y desean imitarlos—. 

Si te gustaría conocer más a fondo esta iniciativa, te invito a seguir la cuenta de Instagram @a90dimpulsa y a asistir al próximo lanzamiento, donde se presentará la cuarta edición de Caleidoscopio. Tendrá lugar en el Club de los Periodistas en Santiago de los Caballeros, el domingo 18 de junio a las 10:00 a. m. ¡Sería genial si llevas a un niño o adolescente contigo para que se contagie del entusiasmo de los pequeños autores! 

Del mismo modo, tienes la oportunidad de hacer algún aporte que nos permita continuar con esta labor. En caso de que estés interesado/a en ayudar, escríbenos por whatsapp, para hacerlo posible. 

 

Con cariño,

Keila González Báez